Y éste sea el último verso que mi voz traza,
el olvido es tan largo, tan largo como el tiempo,
y el amor tan corto, que huye en un momento.
Pero no importa, si no hay recuerdo ni recuerdo,
aún siento la ondulación del mar en tierra firme,
y el corazón que a veces, se siente como un barco viejo, que va a la deriva, sin rumbo, sin festejo.